Hoy en día la practica del deporte se encuentra entre las actividades más comunes de nuestro día a día. El deporte nos ayuda a mantenernos sanos tanto a nivel físico como a nivel mental. Por desgracia existen muchas lesiones y enfermedades que pueden afectar a los órganos motrices de nuestro cuerpo. Evitando que podamos seguir practicando deporte además de otras actividades. Una de estas enfermedades es la fascitis plantar y se produce en nuestros pies.
En este articulo te ayudaremos a conocer qué es la fascitis plantar, como afecta a tus articulaciones y cómo tratarla.
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¿Qué es la fascitis plantar?
Para saber que es la fascitis plantar primero hay que conocer que es la fascia plantar. Rodeando la musculatura de la planta de los pies se encuentra una banda de tejido fibroso. Esta recorre la zona desde el talón o calcáneo a los dedos del pie, cumpliendo una función básica. Nos permite que podamos caminar.
La fascia plantar mantiene el arco plantar, absorbe y devuelve la energía que se produce al impactar el pie contra el suelo. También impide que los huesos de los pies se dañen al flexionarse en exceso los metatarsianos. Ahora que conoces la fascia plantar entenderás lo dolorosa que es la fascitis plantar.
Esta enfermedad inflama la fascia produciendo un enorme dolor al realizar cualquiera de sus funciones. Empeorando la calidad de vida de los enfermos que la sufren. Impidiéndoles realizar cualquier actividad física a causa del dolor al apoyar el pie. Mucha gente utiliza el deporte como una válvula de escape para disminuir el estrés y la ansiedad. La fascitis plantar puede empeorar su salud emocional impidiéndoles acceder a estas actividades.
¿Qué causa la fascitis plantar?
Las causas que llevan a que una persona desarrolle una fascitis plantar depende del tipo de pie que tenga. Si tienes pies cavos, valgos o pies curvados puedes llegar a desarrollarla de forma natural. Veamos algunas de las causas de esta enfermedad:
- Cuando tu trabajo te obliga a pasar mucho tiempo de pie durante una larga jornada. También puede producirse a consecuencia de actividades que te hagan pasar mucho tiempo de pie.
- La realización de actividades donde la fascia plantar sufre un golpeo repetitivo es la causa más común para sufrir fascitis plantar. Las posibilidades de desarrollarla aumentan si durante la actividad se pasa de una superficie blanda a otra dura. Un ejemplo de estas actividades son correr, bailar o saltar
- Cuando tu trabajo o las actividades que realizas te obligan a caminar con mucha frecuencia sobre superficies duras.
- Si sufres una alteración al pisar o al caminar. Un ejemplo perfecto es la pronación excesiva del pie. Esto ocurre cuando metes el pie hacia el interior cuando caminas.
- Hacer uso de un mal calzado o inapropiado para la actividad que llevas a cabo puede causar esta enfermedad. Un calzado excesivamente plano sin una correcta sujeción de los tobillos produce un apoyo defectuoso del pie. Dentro de este grupo también podemos encontrar los zapatos con un tacón excesivamente rígido.
- Las personas entre los 40 y 60 años que realizan ciertas actividades tienen más posibilidades de sufrir fascitis plantar.
Existen ciertos factores que aumentan la posibilidad de sufrir esta enfermedad. Estos son:
- Si eres una persona obesa o con sobrepeso. Esta circunstancia aumenta el impacto que sufre la planta del pie en cualquier actividad que lleves a cabo.
- Tener los pies planos o cavos.
¿Cuáles son los síntomas de la fascitis plantar?
El síntoma más importante de la fascitis plantar es el dolor punzante que se produce en la zona interior del talón. Puede mitigarse o desparecer al empezar a caminar o moverte. Sin embargo, puede volver cuando te levantas tras haber estado un tiempo sentado. También al empezar a moverte tras haber pasado un tiempo de pie y quieto.
Puedes sufrir una hinchazón leve, acompañado de un enrojecimiento de la piel y sensibilidad en la zona inferior del talón. En el caso de los deportistas esta aparece por las mañanas y después de realizar las actividades deportivas.
A lo largo de los seis primeros meses este dolor no es continuado, pudiendo desparecer tras empezar a caminar. Pero pasado este tiempo el dolor se vuelve continuo a lo largo de toda la actividad diaria. Debido a esto, debes tomar medidas para tratar la enfermedad desde el momento que empiezas a tener estos síntomas.
Tratamientos
Lo primero que debes hacer según empieces a desarrollar los síntomas de la fascitis plantar es ir al médico. El especialista puede sugerir los siguientes tratamientos para ayudarte a mitigar el dolor en esta fase temprana.
Terapias
- Ortopedia. En algunos casos se recomienda el uso de muletas, bastones o botas para caminar durante cortos periodos de tiempo. Esto te ayudará a no apoyar el pie o reducir el peso durante el pisar.
- Masajes. Recibir masajes en la planta del pie ayuda en esta fase. Uno de ellos se realiza con una botella de agua congelada. Esta se recubre con una toalla para evitar dañar la piel de la planta.
- Férulas nocturnas. El fisioterapeuta puede recomendarte el uso de una férula durante la noche. Esta ayuda a mantener la fascia y el tendón de Aquiles estirados durante las horas de sueño.
- Fisioterapia El especialista puede enseñarte una serie de ejercicios que te ayudarán a estirar el tendón de Aquiles. Además de la planta del pie, ayudándote de esta manera al fortalecimiento de la parte inferior de la pierna. También podrá mostrarte como usar esparadrapo para realizar un vendaje en la planta del pie para mejorar el apoyo.
- Plantillas ortopédicas. El uso de estas plantillas ayuda a distribuir de manera más uniforme la presión que se ejerce sobre la planta del pie al caminar. Disminuyendo el dolor que produce la fascitis plantar.
Cirugía y otros tratamientos.
Si pasados unos meses los tratamientos sugeridos por el médico no surten efecto, este puede elegir una de las siguientes opciones:
- Cirugía. En algunos casos la cirugía es obligatoria para separar la fascia plantar del hueso del talón. Esta se lleva a cabo tras fallar el resto de los tratamientos y el paciente sufrir dolores intensos.
- Reparación ultrasónica del tejido. Este tratamiento mínimamente invasivo usa una sonda que es guiada hasta el tejido dañado de la fascia plantar. Produciendo una serie de rápidas vibraciones que rompen el tejido dañado, succionándolo después.